Días para "Viernes de Dolores 2015"

Escultores en León


GREGORIO FERNÁNDEZ

De origen gallego se instaló en Valladolid atraído por la corte entre 1601 y 1606. Tuvo un gran taller con varios aprendices y colaboradores. Era muy conocido por todo el norte de España, incluso Castilla, Extremadura, Galicia, Asturias y el País Vasco.

Su realismo, un tanto recio, pero no vulgar ni morboso, se aprecia en la honda expresión de los rostros, en la forma de destacar las partes más significativas y en los elementos que añade para aumentar la sensación de autenticidad: los ojos son de cristal, las uñas y los dientes de marfil, los coágulos de sangre son de corcho, las gotas de sudor y las lágrimas son de resina…. Sin embargo, se muestra refinado en el tratamiento anatómico, en la sencillez de sus composiciones y en la contención de los gestos. Es muy característica su forma esquemática de tratar el drapeado, con pliegues rígidos, puntiagudos y acartonados .Fue el creador de modelos fundamentales de la imaginería como el Cristo Yacente, la Piedad o el Ecce homo, pero también desarrolló otros muchos. Gregorio Fernández trabajó en los retablos de iglesias.

La historia de este imaginero en nuestra ciudad aunque no es mucha encontramos por ejemplo con el santo Cristo de la agonía mas conocido como el Cristo de los Balderas al ser éste el apellido de la familia que encargó y costeó la obra en 1.631.La figura del Crucificado denota una actitud calmada, recayendo la carga expresiva en rostro y manos, con un refinado tratamiento anatómico y gestos contenidos.

Según los últimos estudios realizados por Eduardo Álvarez Aller y César García Álvarez atribuyen al imaginero vallisoletano la talla de Jesús nazareno propiedad de la cofradía del mismo nombre. Los análisis históricos detallan que incluso bien pudiera ser que la talla ya estuviera en propiedad de la cofradía más numerosa de León en el momento de su constitución, hace ahora 401 años. Sin embargo, la azarosa vida de los archivos de la congregación impide tener una prueba fehaciente.

Decir que contamos con varios retablos de este magnífico escultor como por ejemplo el retablo de la capilla mayor de la iglesia de San Lorenzo en Sahagún.








Gaspar Becerra


Gaspar Becerra (Baeza, 1520-Madrid, 1568), escultor y pintor real, que trazo la manera que ahora está introducida entre los más artífices y enseñó con mucha liberalidad a sus discípulos que fueron muchos en ambas facultades.
 Puede ser considerado, a través de su obra más conocida -el retablo mayor de la catedral de Astorga- como el introductor en España de las formas y modelos del manierismo Miguelangelesco. Su estancia en Italia al lado de Vasari y Volterra, las obras llevadas a cabo de escultura y pintura a su vuelta y los numerosos discípulos y seguidores que difunden y hacen suya la maniera del artista andaluz le convierten en un personaje clave de la escultura española del Renacimiento. Roma fue su verdadera escuela y allí se encuentra al menos desde 1545 formando parte del equipo de Giorgio Vasari que decora los techos de la Cancillería (1544-46), y más tarde pintando bajo la dirección de Daniele da Volterra la capilla Lucrecia della Rovere en la iglesia de la Trinitá dei Monti (1548-53). La contemplación y los dibujos realizados de la obra de Miguel Angel, la colaboración con esos pintores manieristas seguidores del genial florentino, el contacto con el arte de la Antigüedad y, en definitiva, la propia estancia en Roma capacitaron a Becerra para trasladar a su patria la nueva maniera.
Si importante fue el retablo astorgano para la configuración del Romanismo, no cabe duda que el éxito y la difusión del modelo por el resto del país radica en los colaboradores de Becerra en tan magna empresa, que copiaron en sus obras traza e imágenes considerados paradigmáticos del estilo como la Asunción, Piedad o Anunciación. Entre ellos destacan los nombres de su cuñado Bartolomé Hernández, su yerno Esteban Jordán, Rodrigo y Martín de la Haya, Bernal de Gabadi, Pedro de Arbulo y Juan de Anchieta. En zonas como El Bierzo y comarcas limítrofes de Zamora y Orense trabajan Nicolás de Brujas y Lucas Formente, Luis de Bena y Alfonso Gutiérrez. Gregorio Español va a difundir el Romanismo en Galicia, tras su estancia en Astorga, tierras donde se sintetizan las influencias de Juni, Becerra y Jordán que tendrán eco en Juan de Angés, Juan Dávila, Alonso Martínez y el rejero Juan Bautista Celma.

Que se conserven  en nuestra provincia, a parte del ya mencionado retablo de la catedral maragata, nos dejó su huella en la talla del Cristo de la Flagelación de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, que es la talla más antígua de las procesionadas por dicha cofradía. 

(adjuntamos la foto que comentamos en el programa nº 7 en el que hacíamos una comparación entre la Piedad Coronada por su hijo y Nuestro Cristo atado a la columna del paso de la Fragelación)








Francisco Diez de Tudanca en León



El caso de Tudanca es representativo de un fenómeno sociológico muy frecuente incluso en el día de hoy: la sobrevaloración del artista por encima de sus merecimientos. Ya que los estudiosos de su obra afirman que carecía de una base, con elevadas y evidentes limitaciones.

Así, nace en Valladolid aunque se le supone santanderino por el topónimo que indica su apellido, en una familia de clase media- alta por ser hijo de un mercader de joyería, se inicia pronto en la escultura, y se le asume como discípulo de Gregorio Fernández aunque sin ningún fundamento, nada más que la copia de modelos del imaginero y maestro, y que a la muerte de Fernández, Tudanca contaba tan solo 20 años.

Entra en contacto con la provincia de León, al hacer un Cristo yacente para la localidad palentina de Villada en 1652 con rasgos muy similares al que hiciera Fernández para Valladolid, y allí conoce a Don Francisco de Arellano, procurador del Adelantamiento del Reino de León, el cual le abre al mercado leones en 1655, encargándole un crucifijo de tamaño natural al precio de 1200 reales, del cual no sabemos su paradero ni su existencia.

Tras casi 20 años, volvería a león, esta vez de la mano de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, la cual en 1674 le hace el encargo del “Expolio de Cristo nuestro bien” en el que aparecerían el Cristo, una variante de su Cristo del Perdón (imagen que podemos ver al pie de este artículo) y cuatro sayones tristemente desaparecidos.

Cabe señalar, que en dicho contrato, se menciona varias veces una talla del azotamiento, no sería muy descabellada la idea de que hubiera hecho alguna escena anterior.

Se compromete a realizar un cirineo para acompañar el nazareno y a aligerar el titular. Tal fue el éxito del conjunto y el cirineo, que la cofradía, un año después le solicita realizar otro conjunto: una coronación de espinas compuesta por cinco figuras, a la que se sumaría una talla de San Agustín para la Real basílica de San Isidoro, todo ello desaparecido.


Extraído del estudio: El Escultor Vallisoletano, Francisco Diez de Tudanca, de María Antonia Fernández Del Hoyo.



Luis Salvador Carmona


Nacido en Nava del Rey (Valladolid), en 1709. Pronto empezaron a manifestarse sus cualidades artísticas, y fue un canónigo de Segovia quien lo llevó a Madrid y lo puso a aprender escultura con el artista Juan Ron. Seis años estuvo de aprendiz, y muy pronto comenzó a colaborar con el maestro. A la muerte de éste se unió a su yerno José Galbán. Contrajo matrimonio en 1731 y, muerta su primera mujer, volvió a casarse en 1755. Ya en 1748 se le había concedido un «asiento en la Sala de los Estudios de la Academia de las Bellas Artes», primer paso que le llevaría a conseguir, el 12 abril 1752, el cargo de teniente director de la Escultura en la Academia, siendo además escultor oficial del palacio real. Cargos que ostentó hasta su jubilación por enfermedad.
Escultor castellano del s. XVlll. Vive en momento neoclásico, pero en su obra todavía perviven claras influencias barrocas tradicionales, junto a las importadas de Francia e Italia.
Busca a veces en los maestros del barroco andaluz y castellano sus tipos iconográficos, y así algunas de sus composiciones nos recuerdan obras de Pedro de Mena, la Roldana, Pereira y Gregorio Fernández. El estudio de sus cabezas denota más preocupación por el equilibrio y la serenidad, que por la fuerza expresiva. Que en ocasiones puede recordarnos al maestro italiano Bernini.
Fallece en Madrid el 3 en 1767.

En León, contamos con la imagen de La Piedad , que procesiona la Real hermandad de Miverva y Veracruz, La cabeza de un San Francisco de Asis que se puede apreciar en el museo de León, Y un precioso Nazareno en la Localidad de la Bañeza.



 


(foto recogida del antiguo foro de Papones.es)

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